@Mair bueno depende eh? obviamente las croquetas no suelen salir bien pero yo por ejemplo hago las rabas y salen mejor que fritas, tienen que ser rabas de calidad eso sí, que queden blanditas

amigaaas, probé los hojaldres de jamón y queso de la semana francesa y UFFFF. Unos minutos en freidora de aire y buenísimos, el hojaldre queda como recién hecho.

aquí podéis compartir lo que queráis! Este hilo es precisamente para ganchilleras. Podéis subir fotos, enlaces, lo que queráis. También hablar entre vosotras por chat

¿Habéis visto algo ya?

bienvenidas todaaaaaaaaaaas

aquí siempre a tope con Harry jajaaj

@saturnine olé!!! Ya has pasado lo peor

No es publi, pero por si os interesa!

bienvenida!!

Ayer probé las cebollitas al pedro ximénez y mmmmm ricas, creo que eran de la semana italiana ya me pierdo jaja

@Marisa oops! jajajaj

si te fijas es de tinta antigua, como de máquina de escribir, no como los de ahora

@Marisa y alguien tiene que ser siempre el primero, seguro que te entienden mejor de lo que crees

te mandamos un abrazote

buen tema! lo sacamos en redes para darle alcance

@Lina dijo en Semanas del Lidl (asiática, americana, griega...) ¿qué merece la pena?:

lammekueche

he tenido que ir a buscarlo a google jajajajaja son como pizzas no?

hola @Helena33 vemos que has dado muchos negativos pero no vemos tu opinión, cuéntanos por qué no estás de acuerdo con lo que comentan las chicas

@Lina esta mañana he visto que la francesa tiene varios cosas interesantes, creo que luego me paso!! alguna recomendación?

Reproducimos un testimonio que nos llega a info@weloversize.com

Dicen que la peor resaca no es la del alcohol, sino la de la culpa. Así que hoy prepararemos el elixir anti resaca. Nos han llegado numerosas peticiones de remedios tras nuestras últimas publicaciones. ¿Qué decir? El espresso martini que aprendimos a hacer la semana pasada es casi una perdición. Pero ese dolor de cabeza que tienes va a desaparecer hoy.

Primero, siéntate y respira. La receta que viene a continuación requiere un alto grado de concentración. Toma agua, lávate la cara y agarra un espejo. Ahora pregúntate qué es lo que estás viendo. Porque el equipo neuronal de mi mente no acaba de saberlo… Sí, efectivamente. Estabas en lo cierto. Ni esto se ha convertido en un medio de gastronomía ni yo soy tan fancy como para emborracharme a base de espresso martinis. Ahora, la pregunta sí va en serio. Me gustaría saber si lo que ves es a alguien infiel. Porque yo, cariño mío, no  sé.

El egoísmo humano me dice que tampoco hace falta averiguarlo. Todo está tan bien en mi relación que no merece la pena fastidiarlo. Pero tampoco merece el veneno de la mentira o el engaño. La moral me está destruyendo el cerebro, esta es la resaca más eterna de mi vida. Para más inri, el posible cuerno no para de escribirme. Es como un mosquito atrapado en la pantalla de mi smartphone.

Hace unas semanas salí con un antiguo compañero del trabajo a tomarnos algo. Algo llamado tequila, por lo visto.

Hacía un par de años que no nos veíamos y, en realidad, me apetecía el plan. Esa noche, mi actual pareja iba a dormir fuera por trabajo, así que no tenía a nadie esperándome en casa. Eso hizo que el plan se alargara más de lo debido, cruzando la barrera del tiempo hacia un gran interrogante que ahora decora mi frente.

Mis sueños tienen la característica de ser sumamente realistas, lo que ya me ha jugado alguna que otra mala pasada. Pero lo de creer que he besado a una persona diferente a la que duerme conmigo… bueno, más que una mala pasada, es un martirio.

A problemas, soluciones, diréis. Bueno, es que mis “soluciones” me están empezando a pasar cincuenta tiktoks al día y algún que otro reel de Instagram. Llámame loca, pero unas “copitas” no te dan tanta confianza. La tecnología le ha dado muchas cosas al ser human pero también le ha quitado otras cuantas, como por ejemplo la habilidad social.

Entonces, hagamos matemáticas. Porque al final todo es ciencia, ¿verdad?

Si Paco y yo llevábamos dos años sin vernos y, de repente, nos encontramos en LinkedIn, es normal que compartamos dos o tres mensajes. Es normal que quedemos en alguna parte para pasar la tarde. Es normal que después de esa quedada volvamos a intercambiar algún mensaje, alguna llamada furtiva al año. ¿Pero esto?

¿De dónde se saca tanto tiempo si somos personajes secundarios el uno en la vida del otro? Yo, con el trabajo, voy tan hasta arriba que a veces aplazo la actividad vital de defecar para otro momento. Fuera de mi nicho más íntimo, no podría nombrar la última vez que quedé con aquellas amigas de toda la vida. El ciclo de la vida hace que la compatibilidad horaria y la afinidad secunden ciertas relaciones. Exige una renovación de cast que permita oxigenae la rutina. Una amiga con la que ir a pilates el día de teletrabajo y un chico que te espera para cenar y animarte a olvidarte un poco del mundo real.

Ahora que había encontrado a mi compañero ideal, que ya habíamos empezado a planear un viaje para Semana Santa, esto. Una operación complicada que luce como: alcohol más alcohol es igual a beso partido, olvido con ilusión/decepción masculinas como sustraendo.

Soy consciente de que este problema solo tiene tres salidas: preguntarle a Paco, hablarlo con mi pareja o no decir nada y esperar olvidarlo. Pero me encantaría que una bola 8 adivinatoria de los 80 me dijera lo que quiero escuchar. Que esto no fue real y que simplemente no debería volver a quedar con Paco, que es más raro de lo que recordaba.

Las noches al lado de mi chico se están haciendo bola. Él lo nota, es evidente lo complaciente que estoy, como si tratase de enmendar un error que ni siquiera sé si he cometido. Entonces me pregunta, preocupado. Y yo me excuso mientras los efectos de esta resaca eterna me atormentan. No creo que pueda sobrevivir al viaje sin confesarme. Así que haré de tripas corazón y hablaré con Paco antes de bloquearlo.

La ciencia de este asunto se acaba. Así que, desde la cocina de mi casa, os daré la receta para esta resaca: no bebáis tequila, no os marquéis un Fleabag y recurráis a la iglesia para expiar vuestro probable error en un confesionario. Tomad el medidor de mezclas y hacedlo vuestro. Porque solo lo que os salga de dentro será lo adecuado para curar este mal.

Aunque la clásica aspirina con gazpacho tampoco viene mal.

Deseadme suerte y recordad que cada semana traeremos una nueva receta. Esperemos que sean menos escabrosas. Un brindis a toda honra, de mí para vosotras.

Un testimonio anónimo y real, escrito con cariño por Victoria A.M.