Siempre he pensado que si me decepcionaba la política (todavía más) sería por la derecha. Que vería cómo se cargaban los derechos de las mujeres, cómo recortaban libertades, cómo la historia avanzaba hacia atrás… pero no. Estoy aquí flipando viendo cómo los que supuestamente venían a cambiarlo todo resultan ser, en algunos casos, incluso peores.
Cuando apareció Podemos como tantas otras, me ilusioné. Sentí que por fin había gente en política que hablaba mi idioma, que entendía mis preocupaciones, que de verdad quería cambiar el sistema de arriba abajo. Les defendí en cenas familiares, discutí con amigos, confié. Luego vinieron las peleas internas, las traiciones, el politiqueo de siempre… pero aún así, me costaba soltar la idea de que al menos lo habían intentado.
Y ahora veo lo de Monedero, lo de Errejón y me quedo con una sensación de asco y traición que no sé muy bien cómo gestionar.
Porque si los que venían a cambiarlo todo resultan ser exactamente igual que los que siempre han estado en el poder, ¿qué nos queda? Es que casi prefiero a un señoro de derechas que va de frente porque al menos sé a qué atenerme. Pero estos… estos han jugado con nosotras. Han vendido el feminismo, el progresismo, la lucha social, como si fuera un disfraz para acercarse a las mujeres y seguir con las mismas dinámicas de poder de siempre.
¿Os pasa lo mismo? Porque yo ya no sé en qué creer.